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El Antiguo Egipto, es una de las civilizaciones más largas de toda la historia de la humanidad. Desde sus orígenes hasta su fin en el año 30 a. C. pasan más de 3.000 años. A largo de tan dilatado período, Egipto estuvo dominado por diferentes fuerzas, pero cada una de ellas mantendría la titulatura que fue creada por los propios egipcios; el faraón. También se suele pensar y ver al Antiguo Egipto como un todo sólido e inamovible durante toda su historia; sin embargo no hay nada más lejos de la realidad, la visión del campesinado sobre su gobernante varía en todos las etapas así como la lengua o la religión.
Finalmente durante su último período, Egipto estuvo dominado por los lágidas, descendientes de Ptolomeo I, diádoco de Alejandro Magno. Durante esta época se buscó la legitimación asociando a los gobernantes griegos con sus predecesores, en especial con el pasado glorioso de faraones como Ramses II o Amenhotep III. Para ello, Ptolomeo I y Ptolomeo II encargaron al sacerdote Manetón de la ciudad de Sebenitos- situada en el Delta del Nilo- una historia de Egipto a la que llamó Aegyptica.
A día de hoy, en términos generales se acepta la división que realizó Manetón en dinastías, con algunas modificaciones. Además se ha añadido la división en reinos; momentos en los cuales el poder estaba centralizado y períodos intermedios, cuando Egipto se encontraba dividido entre poderes locales o extranjeros. Esta división fue sugerida por el egiptólogo alemán Richard Lepsius y se mantiene aun a día de hoy.
Por ello, haremos ahora una pequeña introducción a cada una de estas etapas como un trampolín para futuros artículos más concretos:
Predinástico: Es el primer período de lo que ya podemos comenzar a considerar como civilización egipcia. En esta época encontramos pequeños asentamientos dispersos por toda la geografía egipcia, muchos de ellos están localizados en los lechos de ríos hoy en día secos. También en el Alto Egipto encontramos con la primera ocupación de Nagada
(3700-3500 a.C.). En esta fase, vemos que la cerámica se encuentra más desarrollada que en el Neolítico y vemos los comienzos de un arte primitivo. Además Egipto comienza a abrirse y se registran los primeros intercambios comerciales, especialmente con Nubia. El final de este período puede situarse durante la fase de Nagada II (3500-3300 a.C.) un momento en el cual la cerámica se encuentra ya decorada con animales y personajes y barcas transportando lo que los egiptólogos consideran emblemas divinos. También se puede constatar una división en las clases sociales ya que empiezan a surgir enterramientos de diferente tipología y con diferentes ajuares. Además los primeros indicios de una escritura jeroglífica ya pueden ser registrados.
Protodinástico: Este es uno de los períodos más importantes de Egipto, ya que durante este momento se producirá la primera unificación de Egipto. Coincide con la tercera fase de ocupación de Nagada (Nagada III) ubicándose cronológicamente entre el 3300 y el 3150 a.C. aprox. Egipto se encuentra ya culturalmente unificado, sin embargo queda
aun por realizarse la unificación política, ya que el país estaba dividido en dos partes -Alto Egipto en el Sur y Bajo Egipto en el Norte-. Sobre este tema se han vertido ríos de tinta, ya que no se sabe con certeza quien fue su autor. Manetón en su obra atribuyó este logro a Menes, el primer faraón y que la egitpología ha asociado tradicionalmente con Narmer; debido a la conocida como Paleta de Narmer, donde vemos al faraón con una simbología que nos indica su dominio sobre todo Egipto. No obstante a día de hoy se comienza a penar que la unificación ya fue realizada antes de Narmer.
Además Egipto comienza a lanzarse al exterior no solo en forma de comercio, sino a través de pequeñas expediciones militares para asegurarse el control de minas en el Sinaí y en Nubia.
La sociedad ya se encuentra jerarquizada y las escritura ya se encuentra prácticamente desarrollada por completo.
Período Tinita: Esta fase (3150-2700 a.C. aprox) corresponde con las dos primeras dinastías de Manetón. Tras la unificación de Egipto, los faraones se vieron obligados a crear una justificación teológica, además de buscar la manera de gobernar un territorio más amplio. Durante estas dos primeras dinastías todos los elementos característicos de la cultura egipcia terminan de desarrollarse, y Egipto comienza a convertirse en una potencia del Mediterráneo Oriental
Los faraones comienzan a enterrarse en tumbas cada vez más grandes; destaca el cementerio de Umm el Qaab, situado en Abydos, pero los faraones para asegurarse el control del nuevo territorio adquirido construirán un cenotafio en el norte, en la región de Saqqara cerca de la nueva ciudad creada y que sirve como capital; Menfis.
Al final de esta época encontramos un período de crisis, donde probablemente Egipto se volvió a separar en dos reinos diferentes durante un breve período de tiempo. Para finalmente entrar en su primer período de esplendor.
Reino Antiguo: Este período (2700-2200 a.C. Aprox.) ocupa desde la III a la VI dinastía. Egipto es una potencia, controlando zonas de Palestina y Libia en el Norte y de Nubia en el Sur. El faraón se encuentra en su momento de mayor poder, es considerado un dios en la tierra y es el único que puede alcanzar la vida en el más Allá. El Reino Antiguo es el momento de las grandes pirámides. La primera será construida en la III dinastía por el faraón Djeser y su arquitecto Imhotep; después de eso la técnica mejorará hasta llegar a las grandes pirámides de Guiza con Kheops, Kefrén y Micerinos.
Posteriormente, las pirámides se irán haciendo cada vez más pequeñas y con técnicas más simples.
En religión aparece la primera visión de la creación del mundo (teoría heliopolitana) y se desarrolla el culto solar, especialmente a partir de la V dinastía, a través de la construcción de templos solares.
En la VI dinastía, con el aumento del poder de los sacerdotes y de los nomarcas -gobernantes de nomos, provincias en las que se dividía Egipto- y la lenta pero progresiva debilitación del poder central, a finales de la dinastía se producirá una división de Egipto en pequeños reinos; dando lugar al siguiente período.
Primero período Intermedio: Durante esa época (2200-2100 a.C.) que ocupa desde la VII a la X dinastía Egipto se encuentra dividido en múltiples reinos que luchan entre si y que buscan la hegemonía en su región.
A día de hoy, los expertos consideran que la VII dinastía y que Manetón otorga simplemente 70 días es un invento. El resto, no son una sucesión de faraones, sino que varias de ellas coexisten en el tiempo en diferentes zonas de Egipto.
Paradojicamente, aunque en el tema político Egipto sufre un momento de crisis, en la cultura y la religión pasa por un período de esplendor. Tras la ruptura de la unidad, el faraón ya no es visto como un dios viviente, sino que tendrá que ser un buen gobernante no solo frente a los dioses, sino también frente al pueblo egipcio. Sobre las letras, estos cambios de mentalidad se ven reflejados en los textos donde surgen los temas cotidianos y los problemas de la gente común, como en el “Campesino elocuente”.
La unificación volverá a venir de la mano del sur, de la ciudad de Tebas y el faraón en conseguirlo será Mentuhotep II, dando comienzo a una nueva época.
Reino Medio: Período (2100-1790 a.C. Aprox) que ocupa las dinastías XI y XII. Egipto ha vuelto a unificarse bajo los gobernantes de Tebas y vuelve a tener una época de desarrollo importante, no solo en el ámbito político, sino también cultural. Es en este momento cuando se escriben múltiples obras como el famosos texto “Sinuhé el Egipcio”. En política, Egipto vuelve a expandir sus fronteras en el Levante y en el sur, siempre en busca de los ricos yacimientos de oro de Nubia. El faraón sin embargo, ha perdido su imagen de ser divino y ahora se ha convertido en el “buen pastor” es decir, el líder que gobierna por el bien de su pueblo. Debido además que los nuevos faraones son de origen tebano, las deidades locales comienzan a adquirir protagonismo, en especial un nuevo dios, Amón.
Segundo Período Intermedio: Esta época (1790-1550 a.C. Aprox) abarca las dinastías XIII a XVII. En este momento será la primera vez que parte del territorio egipcio esté gobernado por extranjeros; los hicsos. Este pueblo no se presentó violentamente ante la frontera egipcia como se había pensado hasta ahora, sino que ya desde el Reino Medio, comerciantes extranjeros se iban asentando en el Delta del Nilo. Poco a poco adquirieron más poder hasta que consiguieron independizarse del poder central. En este momento coexistirán las dinastías de hicsos con otras autóctonas.
En el Alto Egipto, los reyes autóctonos mantendrán su capital en Tebas a la espera de poder volver a unificar el país. En el norte, los reyes hicsos florecerán y comerciarán con otros pueblos como los minoicos en Creta.
Finalmente, la dinastía XVII emprenderá una guerra contra los reyes del Norte ahora más debilitados buscando de nuevo la unificación del país que conseguirá el rey Ahomse.
Reino Nuevo: Este es el momento de mayor poderío egipcio (1550-1050 a.C. aprox) y
ocupa las dinastías XVIII, XIX y XX.
Tras la expulsión de los hicsos, Egipto se convertirá en una potencia expansionista tanto hacía Nubia como hacia la zona sirio-palestina, enfrentándose a los grandes imperios de Oriente Próximo como los hititas o los mittanos. Es también la época de los grandes faraones como Tutmosis III, Amenhotep III, Amenhotep IV, Seti I o Ramses II.
En el interior, se llevará a cabo una gran campaña de construcción, especialmente en Karnak, para elevar al dios Amón a divinidad de primer rango junto con Ra. Sin embargo, durante este período Egipto coqueteará por primera vez con el monoteismo bajo el gobierno de Amenhotep IV/Akhenatón.
Tercer Período Intermedio/Baja Época: El tercer período intermedio (1050-715 a.C. aprox) ocupa de la dinastía XXI a la XIV y Egipto se disgrega una vez más. La debilidad del poder central, lleva a que el sumo sacerdote de Amón del templo de Karnak acabe declarando su independencia y vuelva a existir una división entre el Norte y el Sur de Egipto. Además en el oeste, los libios que se habían convertido en una parte importante del ejército egipcio ven su oportunidad para crear una zona propia de influencia. Así, Egipto estará dividido en varias dinastías coetáneas hasta su unificación.
La dinastía XXV inaugura la Baja Época (715-323 a.C.). Desde el sur, Egipto será unificado no por los tebanos, sino por los nubios. Estas tierras que habían estado bajo dominio egipcio durante tanto tiempo, serán ahora las que controlen el reino de los faraones.
El fin de estos extranjeros no llegará a manos de los egipcios, sino de los asirios que darán paso a una nueva dinastía autóctona, la XXVI. Finalmente, desde Irán llegarán los persas que crearán un gran imperio que ocupará también Egipto. Bajo este pueblo, los egipcios serán gobernados dos veces, intercaladas por un momento donde los egipcios conseguirán la libertad temporal. Este período finaliza con la llegada de Alejandro Magno y la imposición de otros gobernantes extranjeros.
Período Lágida: Tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 a.C., sus generales se
repartirán su imperio y Ptolomeo gobernará Egipto. En ese momento comienza una nueva dinastía -dinastía XXX- donde se buscará la legitimación de los gobernantes extranjeros a través de un enlace con el pasado. Además los lágidas estarán enfrascados en guerras con sus vecinos y “hermanos” seléucidas.
La dinastía verá su final cuando la nueva potencia del Mediterráneo, Roma ocupe Egipto de la mano de Octavio Augusto en el año 30 a.C., pasando a ser Egipto una provincia más del nuevo Imperio Romano.
Bibliografía:
GRIMAL, N, (1996); Historia del Antiguo Egipto; Akal, MAdrid.